La cal se obtenía mediante un proceso de calcinación de piedras de carbonato cálcico, denominadas caliche, que se importaban de las islas en las que más abunda este material: Gran Canaria y Fuerteventura. Desde allí era transportada por vía marítima a las restantes del archipiélago, lo que explica que la mayor parte de los hornos se encuentren cerca de la costa; además, debido al peligro inherente al manejo de cal viva, se prefería exportar la materia prima. En la carretera que baja hacia la zona turística de El Puertito se encuentran dos hornos destinados en épocas pasadas a la fabricación de cal para uso agrícola y como material de construcción. El más antiguo data del siglo XIX, según fuente oral; el otro lleva impresa la fecha de 1931. Se trata de una edificación sencilla de piedra con sus respectivos huecos de salida del humo de las fogatas que se hacían para la quema de las piedras de cal.