Retomando el hilo de la petición vecinal antes señalada, firmaron el documento en nombre de los restantes que no sabían firmar, Juan de
Francia y Asensio Fernández, y José de Llarena
Cabrera, comerciante adinerado vecino de
La Orotava que poseía intereses comerciales en el
Puerto. Actuó como testigo un comerciante flamenco llamado Yans, estante en nuestro
pueblo, es decir, no era vecino sino que pasaba temporadas más o menos largas por motivos comerciales en el
Puerto de la Cruz. A pesar de que el estado de deterioro del documento no permite su total lectura, es muy importante y esclarecedor, porque de él se puede concluir que la construcción de la primitiva
ermita no empezó inmediatamente después del señalamiento del terreno, y que probablemente sólo comenzase después entre 1604 y 1605, dado que la fecha del escrito es de tres de septiembre de 1603.