Es cierto que ya funcionaba la
Iglesia de La Concepción en
La Orotava, pero el traslado a finales del siglo XVI desde el
Puerto de la Cruz hasta el lugar de La Orotava no era sencillo y rápido, pues los
caminos reales eran escasos y poco cómodos para el transporte de viajeros. Retomando el hilo de la petición vecinal antes señalada, firmaron el documento en nombre de los restantes que no sabían firmar, Juan de
Francia y Asensio Fernández, y José de Llarena
Cabrera, comerciante adinerado vecino de La Orotava que poseía intereses comerciales en el Puerto. Actuó como testigo un comerciante flamenco llamado Yans, estante en nuestro
pueblo, es decir, no era vecino sino que pasaba temporadas más o menos largas por motivos comerciales en el Puerto de la Cruz.