A pesar de que el estado de deterioro del documento no permite su total lectura, es muy importante y esclarecedor, porque de él se puede concluir que la construcción de la primitiva
ermita no empezó inmediatamente después del señalamiento del terreno, y que probablemente sólo comenzase después entre 1604 y 1605, dado que la fecha del escrito es de tres de septiembre de 1603. Ignoro si la entrevista de Domingo Carrillo con el Señor Obispo de la Diócesis de
Canarias llegó a realizarse, pues no he encontrado ningún documento que lo acredite en el Archivo Diocesano de Canarias con sede en Las Palmas, donde a la sazón se encontraba el único Obispado de las Islas Canarias. Un aspecto muy interesante es el relativo a la advocación de la primitiva ermita, pues del documento se desprende que los vecinos no tenían una idea clara de cuál debía ser, hasta el punto de dejar la decisión en manos de Domingo Carrillo, un mulato hijo del Beneficiado de la
Parroquia de la Concepción de
la Orotava y una esclava negra suya, que estaba casado y residía en La Orotava, pero que luego se trasladó al
Puerto de la Cruz, donde como ya comenté ejercía de alguacil y guarda del muelle.