El segundo cuerpo lo ocupan tres pinturas. En el centro un Cuadro de Ánimas, últimamente atribuido al pintor nacido en
La Orotava en 1616, Gaspar Afonso de Quevedo2 mientras que los
santos franciscanos de la
calles laterales –
San Pedro de Alcántara y San Francisco- se suponen salidos de los pinceles del pintor natural de La Orotava Cristóbal Hernández de Quintana, y ejecutados entre 1684 y 16873, asistido por Jacob Machado Fiesco, a quien hasta hace poco tiempo estaban atribuidas. Están consideradas como dos de las obras más antiguas conservadas de Quintana, evidenciándose ya las líneas definitorias de su personal estilo. La que fuera cabecera de la primitiva
ermita, hoy está presidida por un
retablo-
hornacina y ático que se decora con una pintura que representa a San Juan Bautista y a San Nicolás de Bari. El retablo es uno de los mejores de la
iglesia, de caoba y totalmente tallado con motivos de cartelas,
espejos y diversas formas vegetales. En el único nicho está la imagen del
Cristo de la Humildad y Paciencia.