La
iglesia franciscana –propiamente dicha- está presidida por un
retablo de estípites, muy intervenido de finales del siglo XVIII. Las mejores imágenes se localizan en cada uno de los nichos de sus tres
calles. En el central el
Cristo de la Misericordia, flanqueado por La
Virgen de los Dolores y
San Juan Evangelista, constituyendo una típica déesis. El crucificado es obra del
escultor lagunero Domingo Pérez Dónis (La
Laguna 1604 -1645), y la talló poco antes de su muerte tras el encargo efectuado por la comunidad franciscana, lo que quedó refrendado en su testamento fechado en La Laguna el 9 de junio de 16455. Es la única obra que se le conoce a este artista en toda
Canarias. Al tener los brazos articulados ejerce las funciones de Cristo difunto, procesionando cada viernes
santo en su urna de plata. No obstante, como sucede con la mayoría de los
cristos tinerfeños, su festividad se celebraba el 14 de septiembre de cada año.