La leyenda apunta a que el cuerpo de Catalina está enterrado en una de las estancias de la
casa, debido a que, al haberse suicidado, la
Iglesia católica se opuso a que recibiera cristiana sepultura en un
cementerio. Estos hechos motivaron que la
familia Lercaro se trasladara a vivir a La Orotava. Desde entonces mucha gente asegura haber visto el espectro de Catalina Lercaro paseando por los pasillos del
museo. Más tarde en 1993 la casa-mansión se convirtió en el actual Museo de
Historia y Antropología de
Tenerife. Los fantasmas, en el folclore de muchas culturas, son supuestos espíritus o almas errantes de seres muertos que se manifiestan entre los vivos de forma perceptible, principalmente en lugares que frecuentaban en vida, o en asociación con sus personas cercanas. Actualmente Catalina Lercaro es el "espectro" más célebre de
Canarias y es una de las historias de fantasmas más conocidas de
España.