De esta manera, es muy conocido el pulso de poder entre el Adelantado y la
Iglesia que motivaría la famosa ‘curva de la
calle de La Carrera’, (confeccionada adrede por Fernández de
Lugo para no ver la iglesia de la Concepción desde su
casa) o el caso de las sudoraciones milagrosas del cuadro de
San Juan Evangelista existente en la iglesia de La Concepción, o por ejemplo el trágico idilio de un noble de los Nava y Grimón y una monja de clausura que residía en un
convento de la ciudad, Sor Úrsula. Pero más allá de estas historias, es preciso hacer mención a que el propio planeamiento de la ciudad capital del municipio, contemplado como un tablero de ajedrez, no sólo tiene validez por ser un modelo de ciudad precursora y por ello Patrimonio de la Humanidad, sino que también hay quien afirma que su confección está íntimamente relacionada con el funcionamiento de los planetas, y que Fernández de Lugo quiso hacer de ella una especie de talismán, aspectos que le atribuyen una aura mágica.