El corsario Amaro Pargo. Temido por unos o querido y admirado por otros, entre las actividades propias de su nada honrosa profesión, fue negrero, el relato tanto oral como notarial apunta a que los vendió y comercializo con ellos. Adaptando las
bodegas de sus
barcos para la cabida de esclavos... Muchas veces transportados en condiciones infrahumanas. Esclavos que se utilizaban para las plantaciones en América o algunos ingenios azucareros de las islas (
Canarias). Por otra parte se desprende una imagen de un corsario benefactor de los esclavos al exigir a sus futuros amos un trato indulgente que recompense el sufrimiento del traslado y destierro forzado de su país, aconsejándoles buena alimentación u otros menesteres propios para su buen rendimiento. Después de entregar la mayor parte de su vida al
mar en el que obtuvo el
fruto que necesito para sus obras de caridad. obteniendo una inmensa fortuna, formada por mas de 900 fanegas de tierras, sesenta
casas, quince heredades de viña y tributos monetarios y de trigo, todo ello junto a elevadas cantidades de dinero y las valiosas joyas de su tesoro..