El
Castillo de
San Cristóbal en
Santa Cruz de Tenerife (Tenerife,
Canarias,
España) fue la primera fortificación de importancia de la isla de Tenerife y el principal pilar del conjunto defensivo de la
bahía de Santa Cruz. Hoy en día sólo se conservan unas
murallas del
edificio original que se exhiben en una galería subterránea de la
Plaza de España de la capital tinerfeña. La céntrica
Calle del Castillo debe su nombre a esta fortificación. Las fortificaciones son edificaciones
militares construidas para servir como defensa en la guerra. El término viene de fortis (fuerte) y facere (hacer). También se utilizan las denominaciones bastión, baluarte y fuerte. La Plaza de España de la ciudad de Santa Cruz de Tenerife es la plaza más amplia de la ciudad y del Archipiélago Canario (España). Fue construida en 1929 sobre el histórico Castillo de San Cristóbal, baluarte destinado a defender la isla de la piratería, actualmente solo quedan unas murallas del edificio original que se exhiben en una galería subterránea bajo la plaza. Esta plaza se sitúa entre la Plaza de la Candelaria y la Avenida Marítima anexa al
Puerto. La Alameda del Duque de Santa Elena, construida a finales de 1787, es prácticamente parte integrante de la plaza. Alberga una
fuente de mármol, encargada en Génova el mismo año de su construcción, además de constituir la zona con mayor vegetación de la Plaza. La plaza está ubicada en el centro de la ciudad, a pocos metros al norte del Auditorio de Tenerife. La Calle del Castillo, situada en Santa Cruz de Tenerife es una céntrica y concurrida calle peatonal de la capital tinerfeña.