Santa Cruz contaba en esa época con numerosas construcciones defensivas, ya que era objeto del ataque de piratas y corsarios. En el año 1797, concretamente el 25 de julio de 1797, la Armada Británica, con el almirante Horacio Nelson al frente de la misión, tuvo que batirse en retirada. No pudieron con los "chicharreros". La humillante derrota para los ingleses, y para Nelson que perdió un brazo, fue un motivo de orgullo para
Santa Cruz de Tenerife. Que aún hoy en día conserva el cañón que le arrancó el brazo a Horacio Nelson, el querido Cañón Tigre.