En 1833
Canarias pasó a ser considerada una provincia única con capital en
Santa Cruz de Tenerife, a pesar de que
San Cristóbal de La Laguna había sido la primera capital de la isla y que Las Palmas de
Gran Canaria también buscaba obtener este título. El hecho de que algunas de las mayores instituciones
militares del archipiélago se encontraran en Santa Cruz de Tenerife y la influencia de algunos políticos como José Murphy y Meade fueron clave a la hora de obtener la capitalidad de las islas. A mediados del siglo XIX Santa Cruz de Tenerife se asentó como uno de los
puertos más relevantes de Canarias, especialmente como
puerto de escala y avituallamiento en las travesías entre Europa y América. Actualmente, y desde 1927, la Comunidad Autónoma de Canarias está dividida en las provincias de Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas, que se reparten su capitalidad. Esta nueva organización, que se mantiene hasta la fecha, suaviza la rivalidad que existía desde 1833 entre ambas ciudades.