Las erupciones volcánicas: A pesar del origen volcánico de las islas
Canarias, la actividad volcánica de la que se tiene constancia histórica es breve. En 1492 Cristóbal Colón escribió algunos apuntes en su diario sobre una erupción volcánica que ocurrió en
Tenerife y que divisó desde su
barco en su paso por Canarias. Atribuida tradicionalmente a
Montaña Reventada y
Montañas Negras, algunas hipótesis señalan que dicha erupción pudo suceder en el propio Teide. La erupción simultánea de los volcanes de Siete
Fuentes, Fasnia y Arafo en 1704 fue la primera que quedó registrada. Dos años después, en 1706, se produjo la más importante de los últimos siglos: El volcán de Trevejo sepultó la ciudad y el importante
puerto de Garachico, que era el centro comercial de la isla por aquel entonces, después de cuarenta días expulsando lava y material volcánico. Tras esta catástrofe, el centro comercial de Tenerife se traslada a
Santa Cruz, que por entonces era una pequeña villa de pescadores. Gran parte de los
edificios que sobrevivieron a la erupción pueden visitarse aún en Garachico, entre los que destacan
conventos y
casas señoriales de gran importancia histórica.