Ubicado en una de sus entradas, la que da a la calle del Pilar, es punto de encuentro habitual tanto para los santacruceros como para los visitantes de la ciudad. El reloj fue fabricado en Suiza por la casa Favag y donado por el cónsul de Dinamarca, P. Larsen, en 1958.
El reloj de flores está flanqueado por dos escalinatas y detrás de él se ve la fuente central. Se caracteriza por estar permanentemente adornado con flores frescas. Suele ser un reloj muy usado por personas enamoradas como por ejemplo...