Diego Crosa y Costa "Crosita"
Nació en Santa Cruz de Tenerife a finales del siglo XIX y fue, además de poeta, pintor, dramaturgo, y caricaturista. Relató parte de su vida en Recuerdos e intimidades (Santa Cruz de Tenerife, 1940). Su labor de poeta festivo fue recogida en Musa cómica, poemas que antes habían visto la luz en el periódico santacrucero La Prensa; su libro de coplas canarias Folias conoció dos ediciones, en 1923 y en 1932. Llevó a cabo retratos de personajes populares y plasmó variados aspectos folclóricos que se identifican con un tipismo de dudosa calidad estética. De él se conserva en el archivo de Santa Cruz, una serie de caricaturas de las que se desconoce la autoría fotográfica.
La personalidad de Diego Crosa fue muy variada: sobresale como ágil dibujante y acuarelista y como un excelente caricaturista, pero fue también autor dramático y poeta festivo y popular. Su lápiz captó, con rasgos de humor, los perfiles de las más destacadas figuras literarias de su época. Sus dibujos y acuarelas tienen el sello de lo regional y los recogió en un libro titulado: Rincones de Tenerife. En 1910 estrenó en Santa Cruz de Tenerife una comedia de costumbres, titulada Isla dentro, donde se muestran dos rasgos de su personalidad; su amor por la tierra y su humorismo. En relación con estas características están los poemas que publicó en "La Prensa" bajo el lema de Musa cómica, que tuvo una extraordinaria acogida por toda la isla. Fue también un notable autor de canciones populares, recogidas en el libro Folias (1923). Tuvo tanto éxito que se realizó una segunda edición en 1932, pero con un revelador e enjundioso prólogo de Eduardo Zamacois, donde, entre otras cosas, hace un ingenioso diseño del escritor y artista tinerfeño: "Solterón, travieso y artista- dice, más hermano, por motivos raciales de Boccacio que de Rabelais, Crosa es un guanche magistralmente encuadernado a la inglesa". Afirma el novelista madrileño que a Crosita "conviene estudiarlo a través de su propia vida, y en la cual como en los almanaques de pared, todos los días hay una anécdota, una sonrisa".
Y "según las circunstancias lo dispusieron Crosa acertó a ser dramaturgo aplaudido o "caseur" amenísimo, o periodista de caudal vena cómica, o poeta autor de romances o de "folías", que hoy, en todas las islas del archipiélago cantan de memoria".
Poseedor Crosa de un sutil oído de poeta, sobre todo para el octosílabo, es uno de los mejores cultivadores del romance como los que se manifiestan en el Romancero canario y el Romancero guanche. La composición "Mar y cumbre" está inspirado en "Amarca" leyenda canaria del libro Tenerife de Leoncio Rodríguez.
Diego Crosa murió en Santa Cruz de Tenerife, donde siempre había vivido, el 25 de noviembre de 1942.
Nació en Santa Cruz de Tenerife a finales del siglo XIX y fue, además de poeta, pintor, dramaturgo, y caricaturista. Relató parte de su vida en Recuerdos e intimidades (Santa Cruz de Tenerife, 1940). Su labor de poeta festivo fue recogida en Musa cómica, poemas que antes habían visto la luz en el periódico santacrucero La Prensa; su libro de coplas canarias Folias conoció dos ediciones, en 1923 y en 1932. Llevó a cabo retratos de personajes populares y plasmó variados aspectos folclóricos que se identifican con un tipismo de dudosa calidad estética. De él se conserva en el archivo de Santa Cruz, una serie de caricaturas de las que se desconoce la autoría fotográfica.
La personalidad de Diego Crosa fue muy variada: sobresale como ágil dibujante y acuarelista y como un excelente caricaturista, pero fue también autor dramático y poeta festivo y popular. Su lápiz captó, con rasgos de humor, los perfiles de las más destacadas figuras literarias de su época. Sus dibujos y acuarelas tienen el sello de lo regional y los recogió en un libro titulado: Rincones de Tenerife. En 1910 estrenó en Santa Cruz de Tenerife una comedia de costumbres, titulada Isla dentro, donde se muestran dos rasgos de su personalidad; su amor por la tierra y su humorismo. En relación con estas características están los poemas que publicó en "La Prensa" bajo el lema de Musa cómica, que tuvo una extraordinaria acogida por toda la isla. Fue también un notable autor de canciones populares, recogidas en el libro Folias (1923). Tuvo tanto éxito que se realizó una segunda edición en 1932, pero con un revelador e enjundioso prólogo de Eduardo Zamacois, donde, entre otras cosas, hace un ingenioso diseño del escritor y artista tinerfeño: "Solterón, travieso y artista- dice, más hermano, por motivos raciales de Boccacio que de Rabelais, Crosa es un guanche magistralmente encuadernado a la inglesa". Afirma el novelista madrileño que a Crosita "conviene estudiarlo a través de su propia vida, y en la cual como en los almanaques de pared, todos los días hay una anécdota, una sonrisa".
Y "según las circunstancias lo dispusieron Crosa acertó a ser dramaturgo aplaudido o "caseur" amenísimo, o periodista de caudal vena cómica, o poeta autor de romances o de "folías", que hoy, en todas las islas del archipiélago cantan de memoria".
Poseedor Crosa de un sutil oído de poeta, sobre todo para el octosílabo, es uno de los mejores cultivadores del romance como los que se manifiestan en el Romancero canario y el Romancero guanche. La composición "Mar y cumbre" está inspirado en "Amarca" leyenda canaria del libro Tenerife de Leoncio Rodríguez.
Diego Crosa murió en Santa Cruz de Tenerife, donde siempre había vivido, el 25 de noviembre de 1942.