Son muchas las ventajas que ofrece el baño en estas
piscinas naturales: el acceso es libre, no hay arena, ya que el borde suele estar combinado con la propia
roca volcánica y el hormigón, perfecto para aquellas personas a las que no les guste la arena de la
playa. Las vistas al
mar son preciosas, los atardeceres en estas piscinas son espectaculares, el
agua es transparente y salada, y son el lugar perfecto para conectar con la
naturaleza. En la mochila no puede faltar la ropa de baño, una toalla, manguitos para los niños si no saben nadar y escarpines para no hacerse daño con el fondo del charco. También recomendamos llevar cámara de
fotos, porque estamos seguros de que querréis inmortalizar cada
rincón y la
puesta de sol.