Lo que hoy conocemos por El
Sauzal fue un importante enclave en el
Tenerife prehispánico, según las investigaciones realizadas por el fundador del
Museo Arqueológico de Tenerife, don Luis Diego Cuscoy. Las zonas costeras fueron los lugares escogidos por los guanches para sus asentamientos, como lo demuestran las doce
cuevas de habitación halladas hasta ahora por los arqueólogos en este término municipal, en cuyo interior se encontraron fragmentos cerámicos, decorados, lanzas largas, tabonas y esferoides de
piedra. Dentro de la Comarca, pasajes como el risco de
los Ángeles, la
Cueva de los Viejos y el barranco de
Cabrera de Acentejo, eran algunos de los emplazamientos escogidos por los indígenas. Hoy en día, constituyen valiosos yacimientos para los científicos que tratan de rastrear las huellas de nuestros antepasados. Antes de la conquista de Tenerife y dentro de la disputa castellano-lusa por la posesión de
Canarias, el Rey de
Portugal inviste a Alonso Bello como Embajador Extraordinario. Este nombramiento marca el inicio de la presencia, en esta zona de la Isla, de una
familia llamada a hacer
historia.