Una vez conquistada la isla de
Tenerife, el Adelantado Alonso Fernández de
Lugo establece en El
Sauzal el lugar de residencia de su
familia, tras efectuar el consecuente reparto de tierras entre sus capitanes. De la mano de este Adelantado, se fundó, en 1505, la
ermita de Nuestra Señora de
los Ángeles, en el área de mayor asentamiento poblacional de aquel momento. Esta circunstancia, unida a las ventajosas condiciones ambientales de lugar propiciaron un proceso de expansión de la
agricultura, sobre todo de los cereales. A lo largo del siglo XVI, además de Fernández de Lugo, sobresalen como ricos hacendados de la comarca Francisco Jiménez y Lope de
Fuentes. Durante esta centuria la actividad agrícola y la explotación forestal se erigen en motores de la actividad comercial del norte de Tenerife. Juan Benítez, Martín Ventero y Álvaro Afonso son los primeros terratenientes que se dedican a la explotación forestal.