En palabras del relator histórico más importante del siglo XVIII, José de Viera y Clavijo, El
Sauzal se caracterizaba por sus viñas y
aguas, sus bellas vistas al
mar, el embarcadero, su
iglesia y sus tres
ermitas. Según Viera, en 1776, el municipio contaba con provisión del Rey y la iglesia, con 775 feligreses. Signo de prosperidad de este siglo fueron también las reformas y donaciones para el templo de
San Pedro Apóstol. En el primer cuarto de este siglo destaca la gran afluencia de personas venidas de otras islas a causa del hambre. Según relata Viera, en 1721 desembarcaron casi seiscientas personas en el muelle de esta Villa. La existencia de este pequeño
puerto le dio a El Sauzal fama de lugar cordial y generoso.