Las
terrazas de cultivo roban hectáreas útiles a la pendiente creando
paisajes que nos recuerdan a lejanas
postales asiáticas. Sólo las sencillas
casas de
arquitectura tradicional canaria rompen la ilusión. Varios cultivos dan fama al lugar pero destacan, sobre todos ellos, las deliciosas papas negras y la vid, materia prima de los afamados vinos de
Taganana. Otro buen hito de las cumbres de Taganana es el inicio del
sendero de Las Vueltas de Taganana (TF-12 junto a
casa forestal). Los primeros metros del sendero atraviesan una de las mejores muestras de Laurisilva del
parque con
rincones únicos. No está mal dejar el
coche un rato y caminar algunos kilómetros para disfrutar de la magia del bosque y de preciosas vistas sobre el Barranco de Taganana. A través de la TF-123 se avanza hacia los
caseríos de El Bailadero y Chamorga. Desde este último
pueblo se puede acceder a la Punta de Anaga, extremo noroccidental de
Tenerife y a las pequeñas calas de la costa como la de Roque Bermejo.