Desde aquí, las vistas sobre los Roques de Anaga (dos peñascos gigantescos que emergen del
mar a pocos metros del litoral) son impresionantes. Unas 2.000 personas viven dentro de los límites del
Parque Rural de Anaga. La mayoría en
Taganana y otras localidades costeras. El resto lo hace en pequeños
pueblos que, en su mayoría, se asientan en los
valles que bajan desde las cumbres hasta el mar. Valles estrechos y escarpados que acentúan la sensación de verticalidad que impone la geografía del lugar. A través de la TF-136 (a escasos kilómetros de Las
Casas de la Cumbre) se baja hasta el pequeño pago de Afur, uno de los más auténticos del lugar. El
pueblo son apenas un par de casas arremolinadas en torno a la pequeña
ermita de
San Pedro, con muy buenos ejemplos de
arquitectura tradicional y un
paisaje agrícola marcado por las
terrazas. En las inmediaciones del pueblo aún se conservan algunas
cuevas vivienda que han sido habitadas desde tiempos prehistóricos.