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Pues me alegro que te hayan llegado al corazón mis recuerdos con la Casa de Armas como escenario. Entiendo que eres vallera y que te encuentras lejos de nuestra tierra. Ojalá te traten bien allá donde estés y puedas regresar pronto, si ese es tu deseo.
Nuestro Valle de Guerra tiene algo que atrae, no sólo al que emigra por obligación y no ve la hora de regresar, sino también al foráneo que lo visita porque a pesar de su nombre, el valle es un lugar tranquilo y encantador de gente con carácter un tanto orgulloso, pero que trabaja duro y ama los ratos de ocio, las reuniones familiares y amistosas. De gente noble que se muestra solidaria cuando llega el momento de arrimar el hombro.
Todavía no me explico cómo pudimos colaborar los valleros con aportes de dinero en la construcción de la iglesia nueva en una época de tantas dificultades económicas cuando en muchos hogares no disponíamos aún ni de agua corriente. Pues mira, nadie se echó atrás y, aunque supuso un gran esfuerzo para la gran mayoría, la iglesia se construyó, en buena parte, gracias a todos nosotros.
Cada logro para el Valle, ha costado muchos años de espera en silencio, porque creo que este es un rasgo más del carácter del vallero: el aguante, la paciencia. A mi entender este es un pueblo que no ha dado grandes quebraderos de cabeza a su Ayuntamiento: el de San Cristóbal de La Laguna.
Un cordial saludo. LH.
Nuestro Valle de Guerra tiene algo que atrae, no sólo al que emigra por obligación y no ve la hora de regresar, sino también al foráneo que lo visita porque a pesar de su nombre, el valle es un lugar tranquilo y encantador de gente con carácter un tanto orgulloso, pero que trabaja duro y ama los ratos de ocio, las reuniones familiares y amistosas. De gente noble que se muestra solidaria cuando llega el momento de arrimar el hombro.
Todavía no me explico cómo pudimos colaborar los valleros con aportes de dinero en la construcción de la iglesia nueva en una época de tantas dificultades económicas cuando en muchos hogares no disponíamos aún ni de agua corriente. Pues mira, nadie se echó atrás y, aunque supuso un gran esfuerzo para la gran mayoría, la iglesia se construyó, en buena parte, gracias a todos nosotros.
Cada logro para el Valle, ha costado muchos años de espera en silencio, porque creo que este es un rasgo más del carácter del vallero: el aguante, la paciencia. A mi entender este es un pueblo que no ha dado grandes quebraderos de cabeza a su Ayuntamiento: el de San Cristóbal de La Laguna.
Un cordial saludo. LH.