Y las capas oscuras fueron debidas por conos volcánicos que se encontraban en la cercanía. Los procesos eruptivos fueron estrombolianos y por lo tanto menos violentos alcanzando una menor altura. Desde este
mirador puedes contemplar en el horizonte de izquierda a derecha Izaña,
Montaña Blanca, el Teide y un impresionante
mar de nubes. Este último fenómeno aísla a la Isla de
Tenerife de influencias marinas además de impedir la polución de los territorios cercanos y que afectan a las cubres de la isla. Si decides viajar a Tenerife y subes o desciendes por la TF-24 no dejes de realizar una parada en el Mirador La
Tarta y el Mirador La Tarta II.