No era la primera vez que subía al
Parque Nacional del Teide, pero si ha sido la única en la que el
mar de nubes tan característico de
Tenerife estaba "despeinado" al
atardecer y las nubes tomaban estos
colores tan preciosos. Las vistas son espectaculares, con el perfil del Teide, el mar de fondo y el bosque y las casitas tragadas por las nubes. Aunque el Teide es visible desde prácticamente todos los puntos de la isla, hay un lugar que ofrece unas vistas espectaculares: el
Mirador de La
Tarta de Tenerife. El mirador de La Tarta de Tenerife se ubica en una de las
carreteras que suben al Teide (TF-24) y es uno de los mejores puntos de la isla para divisar el volcán y apreciar las diferentes capas geológicas de Las Cañadas. El nombre de este mirador proviene precisamente de los colores que presenta la tierra, que recuerdan a las capas de una tarta.