Desde aquí, son numerosos los
caminos que cruzan por la cumbre, los cuales proceden de las principales comarcas de la isla. Estas
vías eran utilizadas por sus habitantes tanto en la comunicación como para el intercambio de productos entre el norte y el sur de
Tenerife. También para obtener los recursos naturales que les ofrecía Las Cañadas como son: el pastoreo, recogida de leña y cisco de retama,
apicultura,
flores, el azufre, la medicina, astronomía, enveros… gracias a los cuales pudieron subsistir muchas
familias en aquellos duros tiempos.