El
Santo Hermano Pedro: La Orden Bethlemita: Otros terciarios lo imitaron, compartiendo con el Santo penitencia, oración y actividad caritativa: la vida comunitaria tomó forma cuando el Santo escribió un reglamento, que fue adoptado también por las mujeres que atendían a la educación de los niños; estaba surgiendo aquello que más tarde debería tener su desarrollo natural: la Orden de los Bethlemitas y de las Bethlemitas, aun cuando éstas sólo obtuvieron el reconocimiento de la
Santa Sede más tarde. El Hermano Pedro se adelantó a los tiempos con métodos pedagógicos nuevos y estableció servicios sociales no imaginables en su época, como el
hospital para convalecientes, el primero de este tipo en el mundo. Sus escritos espirituales son de una agudeza y profundidad inigualables. Uno de sus mayores deseos fué el volver a su tierra y hacer una peregrinación al
Santuario de la
Virgen de Candelaria por la que sentía una gran devoción desde su infancia y que de hecho es la patrona de las Islas
Canarias. Sin embargo, el Santo Hermano Pedro no vería cumplido su deseo debido a su muerte repentina.