Cinco siglos apasionantes:
Vilaflor, integrado en el menceyato aborigen de Abona, quedó vinculado desde su conquista a los Soler, que, procedentes de
Tarragona, arribaron a la isla a raíz de su conquista. En el repartimiento ocurrió un hecho trascendental para la comarca, la concesión en 1504 a Jerónimo Valdés, Andrés Suárez Gallinato, Guillén Castellano y Fernando de Espinosa del Heredamiento de Chasna, que renunciaron en 1508 en el alcalde mayor Sancho Vargas. Este es el punto de partida de un pleito sobre esas
aguas que ha sido cardinal en su
historia. Destino saludable. Vilaflor de Chasna era desde el siglo XVI destino elegido de numerosos científicos, enfermos y otros visitantes que acudían desde La Orotava por el conocido
Camino Real de Chasna, atraídos por su cercanía al Teide, bien por los beneficios de su clima o la placentera armonía y tranquilidad de su entorno.