Vilaflor tuvo siglos atrás vital importancia en el Sur de la isla, prueba de ello es su impresionante herencia histórico artística que aún hoy hace de este
pueblo uno de los lugares más tradicionales de
Tenerife, sigue conservando ese sabor y ambiente rural que puede percibirse en muchos de sus atractivos. Pasear por sus contadas
calles y
plazas, donde podremos disfrutar de excelentes muestras de
arquitectura tradicional y religiosa nos transportará a escenarios del siglo XVII y XVIII. Es el caso de la
iglesia parroquial de
San Pedro Apóstol, los tres
cipreses situados frente a su
portada principal, la
casa-
palacio de Los Soler, más conocida como Casa del Marqués, que destaca, además de por su arquitectura, por el magnolio centenario que preside su
patio, el
convento del Hermano Pedro, la Casa Inglesa y la
capilla de San Roque, además de otras muchas edificaciones centenarias dignas de mención.