En 1615 Gaspar Soler de Arguijo y Juan Soler de Padilla, decidieron construir una
capilla mayor, para lo que contaron con el cantero, Custodio López.. Más adelante, Diego Penedo labra el
arco de la Capilla de la Misericordia, pero será a partir de 1675 cuando la
Iglesia adquiera su aspecto actual. Tras las amplias reformas del Beneficiado, Matías Ruíz Alonso, cuya
placa aparece a los pies de la Iglesia, en el exterior, labrada en
piedra basáltica. Los restos de la antigua construcción se corresponden con las dos
portadas y
arcos de medio punto que se apoyan sobre sendas pilastras. El óculo y la cornisa ondulada que remata la
fachada principal, así como la cubierta y
el frontón triangular que culmina la
portada lateral.