esta en el Pº de Gracia con
calle Aragón.
Se cuenta, de el arquitecto que hizo la obra, que se inspiró en un borriquillo que con su serón al lomo llevaba cacharros para la venta ambulante, entre ellos un botijo. También se relata que el arquitecto compró al dueño su burrito con la mercancia y una vez hecho el boceto del dibujo se lo regaló al mismo que se lo habia
comprado. No deja de ser una bella
historia dentro de lo posible,