Mientras el núcleo de población se consolidaba, hacia 1176-1178, el abad de Sant Cugat decidió enfeudar sus posesiones en
Castelldefels cediendo su dominio a la
familia Tició de
Gavà a cambio del pago de unas cantidades. A esta le sucedieron los Relat de Guimerà, que desde 1323 comenzaron a tener problemas con la familia Marc (o March), propietaria del
castillo de Eramprunyà, decididos a unificar sus anteriores posesiones. En 1427 Gispert Relat cedió sus derechos en Castelldefels a Lluís Marc.