La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha alertado este lunes de que cerca de 3.500 millones de personas, aproximadamente el 50 por ciento de la población mundial, están expuestas al paludismo o malaria, una enfermedad que cada año provoca unas 800.000 muertes.
Así lo asegura este organismo de Naciones Unidas con motivo del Día Mundial de esta enfermedad, que se celebra desde 2007 cada 25 de abril.
La malaria está causada por un parásito denominado 'Plasmodium', que se transmite a través de la picadura de mosquitos infectados y, una vez en el organismo humano, se multiplica en el hígado y después infecta los glóbulos rojos.
Según los datos de que dispone la OMS, relativos a 2009, del grupo de personas expuestas a padecer malaria la mayoría, en torno a 2.500 millones, están en riesgo de padecer la enfermedad, especialmente aquellas que viven en los países más pobres.
Por ello, y pese a que la OMS reconoce los esfuerzos que se están desplegando en todo el mundo para controlar eficazmente la enfermedad, anima a que progresivamente se vayan adhiriendo nuevos donantes a la Alianza Mundial contra la Malaria.
Entre los síntomas más frecuentes de la enfermedad están la fiebre, las cefaleas y los vómitos, que generalmente aparecen entre 10 y 15 días después de la picadura del mosquito. Si no se trata, el paludismo puede poner en peligro la vida del paciente en poco tiempo, pues altera el aporte de sangre a órganos vitales.
El problema, según recuerda la OMS, es que en muchas zonas del mundo los parásitos se han vuelto resistentes a algunos de los tratamientos antimalaria existentes.
Por ello, entre las intervenciones fundamentales para controlar la malaria también proponen difundir un tratamiento rápido y eficaz con combinaciones de medicamentos basadas en la artemisinina, el uso de mosquiteras impregnadas con insecticida por parte de las personas en riesgo y la fumigación de los espacios cerrados con insecticidas de acción residual, a fin de controlar los mosquitos vectores.
Asimismo, anima a los países de las regiones afectadas a aprovechar las experiencias de los demás y prestarse apoyo mutuo, al tiempo que reclama que los grupos de investigación que trabajan en nuevos tratamientos expongan sus adelantos científicos a los expertos y al público en general.
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