Gelida forma parte de mis recuerdos de infancia. Solíamos veranear con mis padres, mi hermano y mis abuelos.Alquilaban una casa en Dr. Galés, no recuerdo el número. Con mi padre subíamos al castillo, caminando por la carretera, a veces con botijos en la mano en busca del agua de las fuentes. Cantillepa... Había olvidado ese nombre. Recuerdo un año en que mis abuelos se quedaron muy entrada la temporada de otoño. A mi abuela le sentaba el clima( eso decían) y no le gustaba regresar a Barcelona. Desde la terraza de la casa se diuvisaba un campo al fondo, lleno de almendros. Una mañana se desató una tormenta. Las campanas de la iglesia tocaban y vi como los campesinos recogian sus caballos. En el jardín habían las más deliciosas ciruelas amarillas que recuerdo. Algunas mañanas unas mujeres tocaban a la puerta, muy temprano y ofrecían sus productos de la huerta, en unas cestas tapadas con unos paños blancos. Llefgo hasta aquí, ha pasado el tiempo con todo lo que significa pero eas imágenes siguen presentes. Gracias. Ana.