La voz poesía procede del griego poiesis y del latín poésis, que en su definición contiene las nociones de fabricación y confección. Es decir, desde el mismo origen de la poesía, ésta queda vinculada al fenómeno de la elaboración artesanal en la expresión de los sentimientos del poeta. Esta elaboración se apoya en la forma métrica. Aunque su forma más habitual es el verso, a partir de la segunda mitad del siglo XIX, sin dejar de utilizar los recursos clásicos, la poesía buscará formas nuevas con que expresar el discurso poético.
A diferencia de lo que ocurre con otras literaturas, la literatura poética se caracteriza por la importancia que en ella tiene la relación entre la forma y el contenido. En la literatura científica, por ejemplo, el contenido es la base fundamental: poco importa la forma con que quede expresado, si alcanza la verdad en su exposición. En cambio, la lengua literaria está constituida por un sistema de formas que se representa en su vocabulario, su gramática y en una determinada retórica. Este sistema se ha ido consolidando con el paso del tiempo a base de los procesos de creación y selección, en los esquemas rítmicos, sintácticos, palabras, flexiones y pronunciaciones de las obras poéticas que hemos recibido de los escritores.
Según Amado Alonso, en este proceso de creación hay un momento lingüístico fundamental en que los materiales reciben una configuración determinada por la que adquieren la forma de un poema. En el lenguaje de la creación poética no hay elementos superfluos o añadidos. Todo elemento es portador de significación. Por tanto, el proceso de creación poética precisamente se define por esa "unión entre una materia y una forma".
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