A ti te escribo Baetulo
Romana, que aunque sea malagueña, yo me siento catalana. Entre tus bosques de ribera y tus verdes robledales vive el hombre de mis sueños el que me quita los males. Desde tu pltaja del cristal hasta la de los pescadores pasea por tu orilla el hombre de mis amores. Quien fuera
mar, para salpicar su rostro; quien fuera arena, para seguirle los pasos; quien trovador para poder deleitarle; quien luna clara, para en la
noche guiarle. Nuestro mar Mediterráneo, el más verde de los
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