PREMIÁ DE MAR A LO LARGO DE LA
HISTORIA
Los primeros datos históricos de lo que hoy conocemos como municipio de Premià de Mar son un poco confusas. Tenemos, en primer lugar, algunos restos prehistóricos, como por ejemplo una ascii de sílex de
color miel encuentro en Can Fitó o un posible dolmen donde había estado la
casa solariega del Mas Foxà (situada al final de la
calle Gran
Vía). Las excavaciones de urgencia llevadas a cabo durante la construcción de los cimientos de los
aparcamientos de la
plaza de la Sardana revelaron la existencia de un importante yacimiento correspondiente al Bronce Final-Primera Edad del hierro, con una cronología cercana a los siglos VIII-VII antes de
Cristo.
La época ibérica, que se desarrolla entre los siglos VI y I a. C., tiene su máximo de exponente en el poblado ibérico de la Silla del Obispo, situado dentro del término municipal de
Premià de Dalt. Dado que se trata del primer núcleo urbano realmente documental en esta zona, no resulta osado considerarlo el primer "Premià" conocido. Con todo, hoy sabemos que los poblados íberos no son los únicos lugares de habitación que esta etapa histórica nos ofrece ya que también está el que los arqueólogos llamamos asentamientos ibéricos de llanura, que consisten en pequeños establecimientos dedicados a una actividad económica muy concreta como pueden ser la
agricultura o la producción de de barro. De éstos, tenemos en Premià dos ejemplos: el primero en Can Vilà (que pertenece territorialmente en Premià de Dalt aunque está al lado del
Camino del Medio) y el que se encontraba poco más arriba de la actual plaza de la Sardana, con unas cronologías indiscutiblemente prerromanas (siglos IV-III a. C.)
Con la llegada de los
romanos a partir del año 218 aC Comenzarán a producirse una serie de cambios sociales, económicos y políticos muy importantes. El tipo de asiento principal será el que ellos mismos llamaban villae (villas), es decir,
casas de
campo. Es evidente, tal como la
Arqueología ha demostrado, que el poblamiento
romano fue disperso y muy abundante en la comarca del Maresme, y Premià de Mar no es una excepción. Los ejemplos más destacados son la villa de la Gran Vía -troballa arqueológica que muchas personas aún recuerdan-, excavada en 1969 y que era ciertamente una casa señorial (en la terminología de la época, una domus). También era importante la necrópolis ubicada en el Palmar
Hotel, bárbaramente destruida por las excavadoras en 1976, que contenía más de setenta tumbas datables en el bajo imperio romano. En destacaban algunas ánforas de procedencia itálica -de las que actualmente se conocen muy pocos ejemplares en la península ibérica- y la tumba de un niño, que llevaba una corona hecha de tornillos punzantes de la especie Murex brandaris. La lista de los yacimientos romanos de Premià es larga: basta mencionar los hallazgos en Can Manent, Cal
Médico, el Vallpremià, el Mas Foxà, la calle Gibraltar, etc., asi como también las más recientes de los torrentes Amell y Fontsana o las de
calles Gran Vía y Elisenda de Montcada evidenciados durante los seguimientos de obras llevados a cabo entre los años 1996-1997.
Durante la edad media nos encontramos con un período oscuro y carente de
información. Tras la caída del imperio romano el caos domina todo, y se incrementará aún más con la invasión sarracena. Pero la vida continúa y las comunidades de la zona tienden a vivir en áreas más alejadas de la costa, por el miedo a los ataques de los piratas y corsarios, sobre todo musulmanes, que desde los siglos IX al XVIII llevarán a cabo incursiones por toda la comarca (así, la conocida leyenda de la castlana de Burriac que les hace frente es sólo un
reflejo de este periodo de inseguridad). El nombre de Premià aparece en los documentos por primera vez en el siglo X: muy probablemente deriva de un propietario romano, seguramente de época tardía, llamado Primitivos, Primianus o Primilianus, el heredado del que desconocemos donde se encontraba exactamente, horas de ahora. Precisamente es en este siglo -el X- cuando empezamos a encontrar en la documentación menciones de lugares premianencs que aún existen: la
ermita de
santa Anastasia -el actual Santa Ana de Premià de arriba- en el año 987; la ermita de
San Mateo en el 993, o los terrenos de la sisa el 995. Muchos de los lugares que se llaman son, sin embargo, actualmente imprecisables con seguridad debido a las referencias de la época (por ejemplo "propiedad que limita al norte con la viña de... "). Con todo, hay casos en los que resulta más sencillo establecer los lugares, como en una donación hecha a beneficio de los
altares de santa
Cruz y santa Eulalia de la Sede de
Barcelona hecha por Pablo, Simplicio y Olviola (mujer), albaceas del testamento de Viatarius: en el documento se menciona que la propiedad -una viña- se encuentra encima de la casa de santa Anastasia, y que sus límites son: al norte, la viña de Ermengod y de Seniofred; al este, la viña de Pladidia y herederos; al sur, la "vía que va a todas partes", que muy probablemente es lo que hoy conocemos como Camino del Medio, que a grandes rasgos es la jamba de la Vía Augusta que había sido construida por los romanos entre los años 10-8 C., y que en la Edad Media continuaba en funcionamiento llegando a nuestros días.
Algunos siglos después, y sobre todo del XV al XVII, empezamos a encontrar evidencias de establecimientos ya cerca del mar. Así, en el año 1687, la masía de Can Manent era... "
panadería, gavilla y
mesón en toda la extensión del camino Real". El
barrio de mar de San Pedro de Premià comenzaba a tomar forma.
La población costera de la actual Premià de Dalt, el "Premià de Abajo", crecía rápidamente: así, a finales del siglo XVIII se empezaba a construir la que luego sería
parroquia de San Cristóbal. UI huelga decir que entonces el levantamiento de una
iglesia implicaba un cierto número de población. Las actividades de la época eran la
pesca, la incipiente
comercio con las Américas -que se desarrollaría mucho más durante el siglo XIX-, así como la agricultura, ya fuera ésta de secano (viña y cereales) o de
noria (
huerta y
árboles frutales, entre los que destacaba el naranjo). La floricultura fue introducida por los alrededores de lt'any 1832, un siglo antes de que el italiano Beniamino Farina introdujera el Maresme el cultivo del clavel.
El
casco antiguo de Premià de Mar es muy sencillo de distinguir en cualquier plano actual, ya que se encuentra entre la Riera y la actual calle Juan Delgado; el límite superior el marcaban las calles Àngel Guimerà y San Miguel. Entre éstos y la
playa es donde estaba la mayoría de casas de los pescadores, y por encima de ellos, las masías de los agricultores.
En 1836 Premià de Abajo se convierte en Premià de Mar, bajo la advocación de San Cristóbal. Y 1841 consagró parroquia propia. A partir de entonces el desarrollo de la población será vertiginoso. La descripción que del
pueblo nos hace Víctor Balaguer en la Guía de Barcelona en Arenys de Mar miedo
el hierro-carril, publicada en 1857, es la de un municipio en pleno desarrollo, al que contribuía, en cuanto a las comunicaciones, la línea férrea instalada en 1848:
"Premià de Mar ó sea San Cristóbal de Premià es una población de escasa importancia. Tiene 1.500 almas y 280 vecinos, tres
fábricas de Tejidos, dos de empujada y una de pisanas, Pañuelos, etc., con super tinte, ocupándose en cada una treinta personas.
La industria principal de este pueblo, cuyo Término Comprende 400 cuarteras de tierra, es la navegación. Sobre tierras producer vino, trigo, cebada, cáñamo, legumbres y cebollas, y sume principal cosecha es el vino, pero Hace seis años que desgraciadamente se pierde toda debido al oidium.
Cuenta la matrícula de Premià doce
barcos de pesca y uno de tráfico de cabotaje; y de Otras matrícula, pero montados miedo vecinos de este pueblo como dueños y Interesados, hay cuatro de cabotaje y diez de carrera de América... "
Entre finales del siglo XIX y principios de los XX se vivirán algunos fenómenos que cambiarán Premià de Mar para siempre: la filoxera, que aniquilará las viñas existentes en el término, el fin de la "carrera de las Américas" con la implantación de la navegación a vapor y la finalización del cultivo de los naranjos en la década 1910-1920, que había sido importante desde el siglo XVIII. En cambio, se desarrollará una importante actividad industrial: los nombres de algunas de las fábricas como Can Za, Can Grabada, la Lyon Barcelona (pionera de la estampación a la lionesa), el Vapor Vell y otros perduran aún en el recuerdo de muchos premianencs. El año 1884 se construía la Propagadora de Gas. Poco después llegaría la iluminación por farolas de gas en las calles, el
agua de
Dosrius, la electricidad, el teléfono...
Y Premià, como muchas otras poblaciones, entraba de lleno en el siglo XX.