RESUMEN HISTÓRICO
Sant Adrià de Besòs (3,87 km2) es el municipio situado en la desembocadura del
río Besòs, entre los municipios de
Barcelona,
Santa Coloma de Gramenet y
Badalona, con los que forma una continuidad urbana. El río ha sido, desde siempre, uno de los elementos determinantes de la vida del
pueblo. Así, el asentamiento de la población en el territorio de Sant Adrià fue tardío a causa de la
naturaleza del terreno (humedales, espesos alisales o "vernedas") y de las frecuentes riadas (llamadas "besosadas").
El origen de la población se produce en la
iglesia parroquial de Sant Adrià, ya mencionada en el año 1012. En esta iglesia se fundó, hacia el año 1092, un priorato de monjes agustinos regulares dependientes de Sant Ruf d'Avinyó. Sant Oleguer fue prior de este
monasterio (1095-1108), antes de ser obispo de Barcelona y arzobispo de
Tarragona. Finalmente, en el año 1127, el monasterio se trasladó a Santa Maria de Terrassa. Alrededor de esta iglesia, sobre un pequeño altozano de 14 m de altitud, a la izquierda del Besòs, se formó el núcleo antiguo del pueblo.
Existieron también desde muy antiguo, a la vera del Besòs, numerosos
molinos de harina, que durante muchos siglos fueron una de las principales
fuentes de riqueza de la población adrianense. En sus orígenes, la
historia de Sant Adrià estuvo muy unida a la iglesia catalana. Concretamente, los obispos de Barcelona eran los señores jurisdiccionales (baronía de Sant Adrià) y el término municipal era gobernado por un alcalde episcopal.
Delante de la iglesia se construyó el llamado Castell del Bisbe, un casal en el que se alojaban los propios obispos y otros personajes notables, sobre todo en épocas de peste; ya en siglo XVII ya se encontraba en muy malas condiciones.
El hecho de ser un lugar por donde discurría el río,
camino de Barcelona, perjudicó en vez de favorecer al pueblo: los musulmanes lo destruyeron en 1114 y los franceses, en 1697; esto, añadido a las frecuentes besosadas, provocó la despoblación del término municipal.
En el siglo XVIII la coyuntura empezó a cambiar. La fertilidad del suelo, la abundancia de
agua y la proximidad del gran
mercado de Barcelona produjo una gran prosperidad basada en el cultivo de verduras, legumbres,
fruta y vid. Sant Adrià casi dobló su población (59 habitantes en 1718; 111 habitantes en 1787), que se encontraba diseminada en numerosas masías, de cuya inmensa mayoría sólo nos queda el nombre (can Sabater, can Coll, can Farinetes, ca l'Esquerra, etc.). De estas masías ochocentistas, aún queda en pie la de can Rigalt. Desafortunadamente, durante las guerras napoleónicas Sant Adrià volvió a ser destruido.
En el siglo XIX y a principios del XX, los prados y las vernedas de Sant Adrià fueron un lugar de ocio frecuentado por los barceloneses, además de ser un lugar donde se realizaban
reuniones obreras.
Aunque su extensión no es grande, el término de Sant Adrià ha sido codiciado por los municipios vecinos de Barcelona y Badalona, y en el año 1929 consiguieron que el gobierno central decretase la agregación de estos dos municipios; el río Besòs sería la nueva línea divisoria. Sin embargo, el real decreto ley no se llegó a aplicar nunca y, en 1955, gracias a la insistencia de los adrianenses, la agregación fue finalmente anulada.
El siglo XX, y con él la industrialización, trastocaron completamente la vida de Sant Adrià. El crecimiento lento y sostenido (329 habitantes en 1860; 418 habitantes en 1900) y la vida basada en el cultivo de los
campos cambiaron súbitamente con el establecimiento de las primeras industrias y la llegada de los primeros inmigrantes, ambos fenómenos provocados por la proximidad de Barcelona.
Especialmente significativa fue la década de los años veinte, cuando la población se multiplicó por seis (1.073 habitantes en 1920; 6.515 habitantes en 1930); este crecimiento se debió, en parte, a que se establecieron de un modo permanente obreros que trabajaban en las obras del metro y en la
Exposición Internacional de Barcelona de 1929.
En aquella época se inició una de las grandes constantes de la historia contemporánea de Sant Adrià: el establecimiento de centrales térmicas (Energia Elèctrica de Catalunya; la actual FECSA, en el margen izquierdo del río; Companyia de Fluid Elèctric, llamada La Catalana, en 1917, en el margen derecho). Otras industrias de esa época fueron la sociedad General Electrometal·lúrgica (1918) y la factoría productora de vidrio Celo (1925).
Los trabajadores de La Catalana dieron origen al
barrio del mismo nombre; de la misma época es la urbanización Font i Vinyals (1922). Se trata del actual barrio de Sant Joan Baptista. Durante la guerra civil de 1936-1939 y los años de la inmediata posguerra, el
campo de la Bota, la zona de la
playa colindante con Barcelona, se hizo tristemente famosa porque se produjeron numerosas ejecuciones.
A partir de 1950, Sant Adrià volvió a crecer rápidamente (15.801 habitantes en 1960; 36.052 habitantes en 1981), siempre por la instalación de nuevas
fábricas y por la construcción de barriadas de viviendas para los trabajadores, la mayoría procedentes de otros puntos de
España. De esta manera surgió el polígono industrial de Monsolís (1955) y los
barrios de la Verneda (1952), el Besòs (1960) y la
Mina (1970).
Sin embargo, la comunicación entre estos barrios es difícil, a causa de las grandes
vías de comunicación que atraviesan el municipio (
carretera y autopista de Mataró, ronda de Dalt y cinturón del Litoral, ferrocarriles de Barcelona a Mataró) y del propio río Besòs. Éste ha seguido produciendo inundaciones; fueron especialmente importantes las besosadas de 1962, que causaron numerosas muertes e inundaron centenares de viviendas.
Si bien determinadas barriadas de Sant Adrià dependen de los municipios vecinos para obtener determinados servicios, el Mercado Municipal y, sobre todo, el mercado semanal de los martes (conocidos como "encantes"), tienen un alcance supramunicipal y proveen a los barrios limítrofes de Santa Coloma de Gramenet y Badalona.
Durante los años del franquismo, el crecimiento muy rápido y la falta de capacidad de gestión y de decisión de la administración local adrianense, no representativa, provocó importantes déficits de equipamientos y de servicios públicos.
Actualmente, Sant Adrià es una población en la que predomina el sector terciario. La industria está muy diversificada (sobre todo transformaciones metálicas, química y construcción) y predominan las empresas de tipo mediano. Entre las instalaciones industriales destacan las centrales térmicas del Besòs y de Fecsa -las tres
chimeneas, que son una de las imágenes emblemáticas de Sant Adrià- y la planta incineradora de residuos, de tecnología muy moderna.
Sant Adrià se encuentra actualmente en una nueva y esperanzadora etapa de su larga historia. Si bien la crisis económica de los años setenta y comienzos de los ochenta le ha hecho perder un poco de población (33.075 habitantes en 2000), la gestión de las diversas administraciones públicas democráticas ya se ha hecho notar, y los problemas pendientes se pueden afrontar de una manera más eficaz y según las auténticas necesidades y los deseos de la población adrianense. Sant Adrià es el único municipio de España que no posee
hospital ni
cementerio, pues el hospital está en Sta. Coloma, (Espíritu
Santo) y el cementerio está en Badalona (Cementerio Nuevo)
También existe en
San Adrián una vivienda que parte el límite por en medio de dicha vivienda, de forma que el
comedor pertenece a un Municipio y las habitaciones a otro.
ADRIA DE BESOS (SAN): l. con ayunt., de la prov., adm. de rent., part. jud., dioc., aud. terr. y c. g. de Barcelona (1 ½ hora.) SIT. en la inmediación del
mar, a la marg. izq. de la desembocadura del r. Besos, disfruta de alegres vistas, hermoso
cielo y CLIMA benigno y saludable. Forman la pobl. 42
CASAS de buena fab. y de cómoda distribución interior; las
calles son espaciosas, bien empedradas y limpias; tiene una
escuela de primeras letras pagada de los fondos del común, y una igl. parr. bajo la advocación de S. Adrián, servida por un cura párroco; el templo y la inmediata habitación del cura, correspondieron a un ant. monast. de canónigos regulares de S. Juan de Letrán, como lo indican algunos trozos de
arcos y otros vestigios que todavía se conservan. Confina el TERM. por el N. con el de Sta. Coloma, por el E. con el de Badalona, por el S. con el mar y por el O. con el de S. Martí y S. Andrés del
Palomar. El TERRENO que comprende en su jurisd. es llano, y aunque las tierras son de menos que mediana calidad, las
aguas que en abundancia le proporciona el Besos para el riego, la aplicación de los hab. y el esmerado cultivo que usan, hacen aparecer el térm. como un delicioso
jardín: se ve en este sitio una hermosa explanada cubierta de verde que se estiende a der. é izq. y es un espeso bosque de álamos y chopos que crecen en ambas márg. del espresado r.; este se pasa ordinariamente a pie, pero a las veces, las crecientes le hacen impracticable, y extiende su madre a grande dist., causando perjuicios considerables; con sus aguas pone en movimiento las ruedas de un
molino harinero. Cruza por la pobl. el CAMINO general de Calzada, que desde Barcelona se dirige a
Francia y hay una parada de diligencias. PROD. vino, trigo, legumbres,
hortalizas, indas, naranjas y limones. POBL. 42 vec.: 202 alm. CAP. PROD. 1.058.800. CAP. IMP. 26,470.
El año 1471 fue sitiado este pueblo por los aragoneses, que estrecharon mucho en él, parte de las tropas de Reyner v Jacobo Caleoto.
* Diccionario geográfico – estadístico - histórico de España y sus posesiones de Ultramar. Pascual Madoz, 1847.