¿tienes una peluquería?

Rótulo De Calle Típico
Solo decirle que acabo de leer Los Panduros en Barcelona - Casa Antunez, y que si no es demasiado tarde, felicitarle y animarle a que siga escreibiendo mas.
muchas gracias
alfredo
HOLA. EXCURA.-
-- ¡Ostres! ¡Ostres!

Els meus Amics saben que no posseeixo ideologia ni religió. jo em definiria com Universalista pragmàtic proper a la metafísica, amb les meves pròpies idees.
SALUTACIONS.

DUC (buho)

WWW. ConcadeDalt. Cat
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Hola Duc! s es d’agreir que cuansevol responda als meus messatges! Me dius que te consideres pragmàtic, jo fa temps que me demano de què religió o de qualles idees soc! Però això no es el motiu del meu massatge; el veritable motiu es que no veig bellugar-se vostre aforo; a més, diferentment del altres afores, no n’hi a un apartat que digui les temes visitats o més visitats del mes. I me demano: quantes persones llegissin els meus escrit? Val la pena continuar?
Perdona pero me paso al castellano que me cuesta menos escribir. Ya hace mucho tiempo que falto de Catalunya y aquí donde vivo sólo tengo un amiguete que habla valenciano. Gracias por manifestarte. Si me quieres decir algo por fuera del foro, este el mi correo: justo37@live. fr ... (ver texto completo)
Bueno: Soy JUSTO pANDURO: DESDE HACE CUATRO O CINCO MESES, VUESTRO FORO NO SE HA MOVIDO. ESO DEMUESTRA EL POCO INTERÉS QUE TENÉIS POR ESTE MEDIO. NI POR LEER LAS HISTORIAS QUE HOS HE MANDADO NI POR CUALQUIER OTRA RAZÓN O TEMA, PUESTO QUE NO CONTESTÁIS A NADA! lO DEJO ABIERTO HASTA EL SÁBADO, Y SI NO VEO MOVIMIENTO, CESO DE MANDAR Y DE IR A VER SI OTROS MANDAN ALGO. SALUDOS
HOLA. EXCURA.-
-- ¡Ostres! ¡Ostres!

Els meus Amics saben que no posseeixo ideologia ni religió. jo em definiria com Universalista pragmàtic proper a la metafísica, amb les meves pròpies idees.
SALUTACIONS.

DUC (buho)

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El motivo de mi vuelta a vuestro foro, es por terminar de contar ciertas historias o sucesos de Illo Tempore, en los cuales los seminaristas son los protagonistas. Un libro. "Recuerdos de un seminarista" ha sido recibido en biblioteca episcopal del seminario de Barcelona. He recibido una carta de este organismo que dice así: Biblioteca Pública Episcopal del Seminari de Barcelona
diputació 231 - Tel 450 16 00 - 08007 Bcn.
Justo Hernandez - 45 rue des Bienvenus - 69100 - Villeurbanne.
Barcelona ... (ver texto completo)
Bueno: Soy JUSTO pANDURO: DESDE HACE CUATRO O CINCO MESES, VUESTRO FORO NO SE HA MOVIDO. ESO DEMUESTRA EL POCO INTERÉS QUE TENÉIS POR ESTE MEDIO. NI POR LEER LAS HISTORIAS QUE HOS HE MANDADO NI POR CUALQUIER OTRA RAZÓN O TEMA, PUESTO QUE NO CONTESTÁIS A NADA! lO DEJO ABIERTO HASTA EL SÁBADO, Y SI NO VEO MOVIMIENTO, CESO DE MANDAR Y DE IR A VER SI OTROS MANDAN ALGO. SALUDOS
El motivo de mi vuelta a vuestro foro, es por terminar de contar ciertas historias o sucesos de Illo Tempore, en los cuales los seminaristas son los protagonistas. Un libro. "Recuerdos de un seminarista" ha sido recibido en biblioteca episcopal del seminario de Barcelona. He recibido una carta de este organismo que dice así: Biblioteca Pública Episcopal del Seminari de Barcelona
diputació 231 - Tel 450 16 00 - 08007 Bcn.
Justo Hernandez - 45 rue des Bienvenus - 69100 - Villeurbanne.
Barcelona ... (ver texto completo)
Hola Tianenç soy Justo el ex seminarista. Ya estoy de vuelta
Niña menudos” “ ¡Niña menudos!”
Gritaba en las encrucijadas de aquel barrio marginal, sin calles, sin luces, sin ilusión. “Menudos” suena bien. Decir Patas, rabo, pito, cagalón careta u ojos (Se vendían por quilos) parece más de “escombrerería” que de “carníssería”. Palabras de los vernáculos.
Algunos días, salen buenos, el sol seca la “Boira” el techo de cartón cuero no condensa el rocío, el suelo de tierra en aquel humedal, se seca y el barro de las callejas también. Entonces, las humildes ... (ver texto completo)
Amigos del foro de Tiana: Tenfo muchas historias para contaros del seminario y varios temas. Pero no veo movimiento en vuestro foro. Bastará que alguien se manifieste, diciendo que lee lo que os escribo, para que yo siga mandando. Un afectuoso saludo De Justo Panduro.
¬ ¡Ah! ¡Sí! – Revuelve Fermina: ¿Es por lo de primos hermanos? - ¿Es por eso? Y, ¿Justito no lo es? ¿Quiero decir: ¿No es tu primo hermano? Consuelito enrojece hasta la raíz de la verruga. Tiene que de nuevo recurrir a taparse el indiscreto lunarcito, mientras conviene:
¬También, tía. También. Pero Justito es más o menos de mi edad; quizá sea por eso que me parece que lo quiero un poco más.
Sigue hablando atropelladamente, con el pañuelo en la boca, intentando ahogar el pez en su propia agua. ... (ver texto completo)
Niña menudos” “ ¡Niña menudos!”
Gritaba en las encrucijadas de aquel barrio marginal, sin calles, sin luces, sin ilusión. “Menudos” suena bien. Decir Patas, rabo, pito, cagalón careta u ojos (Se vendían por quilos) parece más de “escombrerería” que de “carníssería”. Palabras de los vernáculos.
Algunos días, salen buenos, el sol seca la “Boira” el techo de cartón cuero no condensa el rocío, el suelo de tierra en aquel humedal, se seca y el barro de las callejas también. Entonces, las humildes ... (ver texto completo)
¬Tú no te preocupes, jovencito – le tranquiliza Mn. Damián – Si el P. Jiménez no consigue colocarte en ese seminario al que tanto deseas ir, yo te llevaré a otros. Déjalo en las manos del Señor. No hagas como Moisés, que dudó de la promesa de Yahvé, y no pudo entrar en la tierra prometida. Si Él quiere, Él proveerá.
VI. -. Antonio y Retino en la Barraca.
Amanece en Casa Antúnez. El sol se asoma al horizonte en la raya del mar, enfrente del basurero de las “Carretadas” La belleza de los amaneceres, ... (ver texto completo)
Niña menudos” “ ¡Niña menudos!”
Gritaba en las encrucijadas de aquel barrio marginal, sin calles, sin luces, sin ilusión. “Menudos” suena bien. Decir Patas, rabo, pito, cagalón careta u ojos (Se vendían por quilos) parece más de “escombrerería” que de “carníssería”. Palabras de los vernáculos.
Algunos días, salen buenos, el sol seca la “Boira” el techo de cartón cuero no condensa el rocío, el suelo de tierra en aquel humedal, se seca y el barro de las callejas también. Entonces, las humildes ... (ver texto completo)
Pero esta noche, esa ahogada queja, se metió en el sueño de Justito, que tintes tenía de pesadilla, más que de sueño. En su mal dormir, Justo refleja todos sus feos pensamientos que a pesar de sus esfuerzos, se le han infiltrado en el fluir de su inmediatez con las primas, y ahora le parecen un doble pecado mortal. Tanto por ser el un futuro cura, como por ser ella prima hermana, que es lo más cercano a hermana. Siendo como eran los padres primos segundos, también por parte de Fermina, tanto Justo, ... (ver texto completo)
Segunda Época C. 6 la Barraca.
También es mala suerte que a las primas hermanas de Justo, las colocase la tía Fermina, precisamente encima del camastro de Justo. Cierto es que existe en la barraca una habitacioncita, muy exigua, que sirve de laboratorio fotográfico a Domingo el hermano de Justo: Pero de momento la ocupan Marina y su marido Pepe que están en instancia de partida para Lyón en Francia. Así que hasta que se precise lo de ir interno a estudiar del futuro seminarista, tiene que dormir ... (ver texto completo)
Capítulo 10 Historias de los seminaristas en el Seminario Menor:
Entre la clase de tercero y la de bachiller, en el primer piso, dando al claustro, hay un local - no se le puede dar nombre de clase - muy estrecho: Tiene unos cinco metros de largo por apenas uno treinta de ancho. Indagando, Justo no llega a averiguar para qué servía aquel local en los tiempos que era cartuja u hospital, el imponente edificio de la Conrería. O quizá, cuando transformaron todo el primer piso para hacer aulas, existía ... (ver texto completo)
I.- De Antonio Panduro y sus hijas en casa de su hermano Manuel.

¬ ¿Lo ves? ¿Lo ves Manolo? Se lamentaba Fermina, que desde el marco de la puerta de la cocina, saca la cabeza y mira en dirección de la mesa camilla, donde trona el Señor Manuel.
¬ ¿Quéee? Le pregunta su marido, sacándose un auricular de la oreja, con los que escucha el parte en la radio galena.
¬Pues lo que te dije: Que tu hermanito “iba de paso” y ya los tenemos aquí, instalados a los tres.
¬Pero, pero ¿Qué puedo yo, hacer? ... (ver texto completo)
A Justo siempre le ha gustado poseer cosas. Es su manera de afirmarse entre los suyos, que tantos son, sin necesidad de tener en cuenta a todos los allegados y ajenos que se les arriman. No es que tenga nada de gran valor, pero lo poco que posee, lo defiende a uña y diente de sus hermanos y de los que se le pongan por delante con la idea de quitárselo.

-- ¿Justito? ¿Me darás el portalibros y el plumier cuando te vayas al seminario? Le ha preguntado Domingo.
“—Justo: ¿Esas agujas que tienes escondidas ... (ver texto completo)
Otra de las manías de Justo, de antes y de después del seminario, son las piedras: Los chinos le llaman en Cataluña. De todos los rincones de la geografía a la piel de toro, la más seca reseca es sin duda Badajoz. Por lo menos Alconchel. Por allí, con las piedras redondas, los cantos rodados, empiedran las calles, pero a pesar de haber tantas, les faltan para empedrarlas todas.

Cuando Justo llega a Casa Antúnez y ve el mar, no se le ocurre decir como al francés: ¡Qué d’eau! ¡Qué d’eau!
Él ... (ver texto completo)
Niña menudos” “ ¡Niña menudos!”
Gritaba en las encrucijadas de aquel barrio marginal, sin calles, sin luces, sin ilusión. “Menudos” suena bien. Decir Patas, rabo, pito, cagalón careta u ojos (Se vendían por quilos) parece más de “escombrerería” que de “carníssería”. Palabras de los vernáculos.
Algunos días, salen buenos, el sol seca la “Boira” el techo de cartón cuero no condensa el rocío, el suelo de tierra en aquel humedal, se seca y el barro de las callejas también. Entonces, las humildes ... (ver texto completo)
A Justo siempre le ha gustado poseer cosas. Es su manera de afirmarse entre los suyos, que tantos son, sin necesidad de tener en cuenta a todos los allegados y ajenos que se les arriman. No es que tenga nada de gran valor, pero lo poco que posee, lo defiende a uña y diente de sus hermanos y de los que se le pongan por delante con la idea de quitárselo.

-- ¿Justito? ¿Me darás el portalibros y el plumier cuando te vayas al seminario? Le ha preguntado Domingo.
“—Justo: ¿Esas agujas que tienes escondidas entre las tablas del techo (No digas que no, que te he visto) te las vas a llevar? ¿Tendrás que coserte tú mismo la ropa y los botones? ¡Dámelas! A mamá le harán falta.
--Ni hablar: Yo las encontré, yo las limpié de herrumbre refregando unas con otras debajo del zapato. Te daré una o dos, pero las otras las esconderé en otro sitio, y cuando venga de vacaciones te daré alguna más.
-- ¿Te crees listo? Pues yo las buscaré y cuando encuentre el escondrijo, me las quedaré todas.
-- ¿Y el plumier? – insiste Dominguito – Me lo vas a dar, ¿sí o no? Lloriquea y le tira de la manga para enternecerlo. ¿Eh? ¿Eh?

Justo, en plena vocación sacerdotal, queriendo ser bueno, y más, reflexiona. Recuerda la parábola de discípulo rico, y oye al Señor Jesús que le dice

“Da todo lo que posees a tus pobres hermanillos: La goma del tirachinas, las agujas oxidadas, las chapas de cerveza aplastadas en las vías, los bolindres de cristal, el plumier... Sí, el plumier también...

Antes de que el Señor siga con la lista de cosas a dar, le interrumpe el futuro misionero, quizás futuro Papa,

“—Vale. ¡Vale! Les daré todo. Pero, el porta libros de madera con pinturas policromas, no. Lo necesitaré en el Semi.
“—Si de verdad quieres seguir al Maestro...” Le está diciendo en su cabeza el Señor. Y él se precipita a no seguir oyendo y dice en voz alta: “-- ¡Sí quiero!”
“... Abandona, pues, todos esos bienes terrenales y...”
“—El porta-libros no.”
“—Haz como Francisco de Asís, como Tomás de Aquino: Ven desnudo a Mí.
-- Bueno, concede en su sueño despierto, o pesadilla: Pero La cajita portalibros, con sus correas y sus pinturas, me hace falta. ¡Ea!
Tres cosas apreciaba poseer Justo, cuando era niño. Tres cosas más que nada en el mundo: Un tren de cinco vagones de lata y máquina con chimenea de detonador de cartucho del doce, que su padre le mandó desde el Fuerte de San Cristóbal. El plumier que olía a mina de lápiz, el camión y el porta-libros. O sea, que en vez de tres cosas son cuatro, como los mosqueteros.

El tren, bonito tren: Su hermano Manolo, con falaces promesas de mejorarlo, lo desmontó e hizo ciscos, para tirarlo a la caja del camión que su padre, -No. Un presidiario que estaba con su padre - le fabricó con tablillas de cajas de fruta, corchos y pintura roja. Parecía al camión Ford de tío Antonio. Dominguito lo redujo a dos dimensiones, el día que se sentó encima. Y un portalibros que él le compró al hijo de la estanquera del pueblo para su entrada en clase.

También apreciaba el plumier por lo que brillaba, y lo bien que olía a mina de carbono. Pero por encima de todas estas cosas, amaba el portalibros. Era precioso: Tenía pintados unos monigotes que parecían compases. Y durante el tiempo que lo conservó, su penetrante olor a aguarrás de la pintura y el barniz le hacían adquirir a sus ojos un aire de cosa nueva. Del portalibros no se separaría por todo el oro del mundo, ni por el Señor, ni si por eso, dejara de ser Papa.

Sin embargo, el portalibros se extravió un día, sin gloria ni beneficio, sin que Justito pudiera achacar esta pérdida, a su extremo sacrificio en aras de su vocación misionaria, sacerdotal, papal, santoral. Justo sigue recordando aquel plumier. Muchas veces se dijo: “Tú eres capaz de hacerte uno, con las pinturas, el olor a barniz, las correíllas y todo” Apuntó esta resolución en el imaginario carné, donde va apuntando todo lo que no hará algún día.

Entre tanto, en la barraca, se ultiman los preparativos para su marcha a la Conrería, donde se encuentra el seminario menor de la diócesis de Barcelona. Consiste en meter el portalibros en la maleta de madera que sirve a todos: A papá para ir a la guerra. A mamá para emigrar a Barcelona. A Manolito para ir al servicio militar, y ahora, a Justito, para meter su santa ropita, su santísima sotana, su seráfico cepillo de dientes, y su queridísimo portalibros con los monigotes pintados que parecen compases y que huele a terebentina. ... (ver texto completo)