Es único este pueblo, en el se habla un dialecto el "Arantioñanes" data del S.VII a.de.C. La tranquilidad la aportan unos seres con campanos en el cuello que armoizan el entorno y te hacen entrar en un estado ZEM al que el maestro Suji Yosiro le costo encontrar 30 años y que posteriormente desarroyo en su escuela de Nayossi, es tal la paz y armonia que se encuentra en el crepusculo con esos maravillosos seres, que uno se siente como en las praderas de Kenia,y le entran unas ganas de cojer el Land Rover y pasearse por el pueblo en plan safari!! y abatir reses...!!! que sin duda haría de este pueblo un lugar más tranquilo aún.