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BIELVA: Aproximación al habla de Herrerías por Javier Díaz...

Aproximación al habla de Herrerías por Javier Díaz

Herrerías es un municipio cántabro situado en el extremo occidental de nuestra comunidad, lindante con Asturias. Su situación relativamente aislada hasta hace pocas fechas y la permanencia del modo de vida tradicional sin grandes alardes ni alteraciones de carácter turístico o urbano han permitido que sea uno de los valles donde todavía el montañés persiste con fuerza.
Por grupos de edad, el habla está mejor conservada en los habitantes de mayor de edad, repitiéndose un proceso similar al del resto de nuestros valles. Definiéndolos un poco más, podríamos decir que el grupo de edad a partir de los cincuenta años son aquellos que la mantienen en toda su vigencia. El grupo entre los treinta y cinco y cincuenta, sería un grupo que ya ha tenido más contacto con el castellano y usa el montañés en según qué situaciones, preferentemente en aquellas donde existe un ambiente familiar y privado. La gente joven, adolescentes, y niños, conformarían ese grupo que ya ha recibido una escolarización completa y en castellano y que lo usan como lengua vehicular, pero que, a pesar de todo, aún guardan características y rasgos aprendidos de sus mayores, e incluso, en el caso de los pueblos más pequeños, hay jóvenes y niños que siguen empleándolo en familia o entre ellos en el pueblo. No son todos, pero hay bastantes casos.
En cuanto a la conciencia socio-lingüística que tienen los habitantes sobre su habla, se manifiesta mayoritariamente una opinión de lengua de estatus inferior, de "deje" o "acento propio", e incluso se desconoce que pueda estar presente en otros valles y pueblos. Es normal oir "En esti pueblu hablamos con la ¬u", definiendo "hablar con la -u" a todo el montañés, y haciendo hincapié en lo de "esti pueblu", como si en los de más allá no se hablara así. Sin embargo, al contrario de lo que esta situación podría parecer, no son pocos los habitantes que lo llevan con orgullo y sin complejos. Son muchos los que en situaciones de ámbito urbano o de comunicación con gente a la que suponen más culta, procuran evitar aquellas expresiones o características más chocantes, siendo incapaces de ocultar otras. Aunque en el tramo de mayor edad, de cincuenta para arriba, la mayoría emplean el montañés traten con quien traten a pesar de las circunstancias, pues no saben expresarse de otro modo, sobre todo aquellos habitantes que han hecho su vida sin salir apenas del valle.
Las características propias del habla no difieren mucho del resto de sus vecinas occidentales cántabras o de las más orientales de la vecina Asturias.
-Aspiración del sonido /x/ castellano, es decir, de todas las J y G.

-Conservación de la H aspirada procedente de la F inicial latina:

Jacer, Juerza, Jartar, Joracu, Juera, Jumar

-Conservación de la U latina en participios de verbos, adjetivos y sustantivos principalmente, siempre en forma singular:

Acaldáu, Miráu, Retorcíu, Guapu, Altu, Cuernu, Coteru.
También para algún adverbio: tampocu, cuantu, muchu, pocu, sólu, luegu, primeru
-Terminación en O para los determinantes neutros:
Esto, eso, aquello, ello
Para algunos adverbios y conjunciones: cuando, como, abajo, algo, pero
Para todos los adjetivos, verbos participios, y sustantivos, en forma plural: guapos, Mantecaos,.
Para la mayoría de topónimos, salvo aquellos que provengan de una palabra que tengan un uso actual, preferentemente en la toponimia menor. Por ejemplo, hasta el abuelo más longevo dirá "Rábago", pero a un pueblo cercano que se llama Otero oficialmente, le llamará "Oteru", porque coincide con el Oteru o Coteru, que es una palabra todavía de uso común. Como digo, en la mayoría de topónimos de cierta entidad, la terminación es en -o.
Para los numerales: Cuatro, cinco, ocho. " ¿Qué hora es?.... las cinco menos cuartu"
-Uso del artículo y el pronombre posesivo:
La mi casa, el mi toru, a la nuestra edá.
Hay un hecho curioso y es el uso que se hace, en las familias, según sea la graduación filial del nombrado. Así, un niño no suele decir "el mí padre" o "la mí güela", sino "mí padre", y "mí güela", con el posesivo acentuado en la
pronunciación pero sin artículo. Sin embargo, un anciano sí habla de "El mi sobrinu" y "la mi nieta".
- Ausencia del leismo, del laismo, y del yeismo:
Estos tres rasgos, tan habituales en ámbitos urbanos, son inexistentes en los hablantes de montañés en Herrerías, especialmente en aquellos de mayor edad. La LL aún se puede oir con cierta profusión, cosa poco habitual en nuestros días.
- Distinción entre "Lo" y "Lu":
*"Lo" está destinado a señalar lo incontable. "Hay que atropalo" (la yerba) "Cortatelo" (el pelu)
*"Lu", se emplea para los conceptos contables. "Arréglalu" (el televisor) "Cuegelu" (el teléfonu) "Lu vi con un calderu a cuestas" (el vecinu)
-Uso del pronombre "Li" y de los determinantes "Esti" y "esi"
Entre los hablantes más longevos, es habitual todavía oir "Mandali recuerdos" "Echali leña", y el uso de los determinantes "esti" y "esi", están a la orden del día en la mayoría de hablantes.
-Uso del neutro de materia:
Esta característica sigue empleándose con mucha vitalidad, y el hablante que la usa, la usa regularmente y sin fallar nunca. Se basa en la adopción de un género neutro para la adjetivación de lo incontable, aún siendo el sustantivo de género femenino:
"Gústame la leche fríu"
"Esta abriguna es malísimu" "Ahora ya no está tan miráu lo de que no sean gente casáu" "Es carne blancu"

-Uso de la enclisis o posposicion del pronombre al verbo: Una característica en franco retroceso, pero que aún puede oirse esporadicamente. Por supuesto se siguen las habituales reglas para que se produzca, como es la

ausencia de algunos tipos de conjunciones y adverbios tales como "pero, onque, cómo". "Voime al práu" "Dite palabra de no cambialu" "Llevélu al médicu"

-Uso de la v latina para el pronombre reflexivo "os" " ¿Vos vais?" "Guardavos los dineros"

-Los verbos:
Son muchas las variaciones de verbos y flexiones que se producen en montañés, ya que son muy extensas, me ceñiré a lo más común.

* Aún puede oirse la terminación en I para los verbos pretéritos simples en segunda personal del singular y del plural:

Hablasti, Comisti, dijistiis, tresnastiis

* Suelen terminar en -i verbos en la tercera persona del presente de indicativo tales como:

Trai, cai, crei

* Se produce la típica pérdida de vocal en la tercera persona del singular del presente de indicativo:

Tien, Diz, Pon, Sal

* Son muy comunes las aféresis del verbo haber: "Bía cuatro rapazucos" "Si bieras vistu eso...."

* Hay un uso único de las formas subjuntivas: nunca un hablante de montañés dirá "viese, dijese, fabricáseis". En un 99,9 %, el hablante dirá "Viera, dijera, fabricárais".

* Pérdida de la -r del infinitivo antes del pronombre reflexivo: "Hay que dejate marchar" "Es pa caese y no alevantase" "Esperávos un pocu"

* Uso del gerundio tomado directamente del pretérito perfecto simple: Hay muchos verbos en montañés que en gerundio se forman al igual que un

gerundio regular en castellano, así, es habitual escuchar: Hubiendo, Dijiendo, Dormiendo, Pusiendo, Hiciendo

* Son también curiosas y habituales ciertas formas verbales como Quedrá (querrá) Doldrá (dolerá), Trijo (trajo)...

* Los verbos de la 1ª conjugación, en pretérito perfecto simple y en la primera persona del plural también son curiosos:

"Ayer hablemos esi vecinu y yo" "El otru día bajemos pa Torlavega"

* Infinitivos especiales como: Cocinear, lloviznear, lambisquear

..../.....

Estas son algunas de las principales características del habla en Herrerías, que si bien no es un análisis completo y quedan ausentes diversas características morfológicas y de sintaxis, es una aproximación somera y global, pues es difícil abarcar todo. El montañés no es una simple derivación de algunas palabras castellanas, sino que conforma todo un sistema lingüístico propio, complejo y amplísimo, aunque con la diglosía y la progresiva castellanización del habla en las generaciones más jóvenes se va perdiendo. No me he acercado apenas al vocabulario propio, lenguaje tropológico, etc... porque es sencillamente enorme y casi imposible de trasladar en este pequeño acercamiento al habla de este valle, ya que se cuentan por cientos y cientos de palabras, si no son miles, las palabras y giros empleados para designar objetos, animales, vegetales, características físicas, orográficas, emocionales, etc.
Esperemos que, a pesar de la irreversible evolución de los modos de vida y poblamiento tradicionales, podamos mantener el mayor patrimonio lingüístico posible, como una expresión cultural más de nuestro pueblo, tan respetable o más que las danzas, las melodías, o la gastronomía. Para ello es importante que no se alteren sus fundamentos originales en pos de una lengua artificiosa y lejana al pueblo, que se mejore lo más posible la conciencia de prestigio sobre la misma, y si fuera posible, un pequeño apoyo de las instituciones.