Al anochecer he salido al balcón y al dirigir la vista hacia el pico Hugón, en la semioscuridad todavía brillaban las luces de los últimos vehículos que descendían del Soplao y no se porque, posiblemente por los comentarios del foro en estos últimos mensajes, han acudido a mi cabeza los mineros. Recuerdos juveniles de llegada a casa al amanecer tras noche de verbena y a oscuras todavía, ver brillar, casi por el mismo lugar de esta noche, los viejos candiles de carburo que alumbraban a los mineros por los senderos que por encima de Pilarnero subían hacia La Cuerre.
Recuerdo aquella legión de mineros de Bielva que sin amanecer ya comenzaban su larga jornada de trabajo: Poldo, Joseín, Loño, Chencho, Pepe, El Cachorro, Chuspi, Cuqui, Juan, El Jaque, El Chato, Naro, Julio, Minundí, Pelayo, Toñito, Antonio y alguno que probablemente se me queda en el tintero. No sólo desde Bielva, sino del resto de pueblos de Herrerías, Rionansa o Valdaliga, salían los esforzados trabajadores, nevase o lloviese, para iniciar su jornada laboral. Caminaban durante más de hora y media para llegar al tajo a tiempo y tras 8 o 10 horas de duro trabajo regresar a casa por el mismo camino.
El camino que por el Pindal, tras cruzar el puente Cargar, atravesar Pilarnero, subía a las praerias de Rabago y desde allí hasta la entrada de la mina en La Cuerre, es hoy sólo un recuerdo. Trozos del camino están perdidos, las bardas se han adueñado de ellos y otros han sido reemplazados por la carretera que desde Bielva cruza hasta Rabago y por la que desde allí sube al Soplao. El puente Cargar sobre el Berrellín ha desaparecido, solo los muros sobre los que se apoyaban los viejos troncos de roble permanecen medio derruidos. Hace unos 20 años fue sustituido por un vado de tubos.
Hoy, lo que los viejos mineros hacían con la mayor naturalidad, para nosotros es toda una aventura. Yo en alguna ocasión he subido dando un paseo con los niños por el monte y les cuento alguna de estas batallitas, para que por lo menos, mantengan el recuerdo del sacrificio de nuestros antepasados, sin el cual muchos de nosotros no estaríamos aquí.
Eran otros tiempos, no tan lejanos, donde padres y abuelos nos demostraron lo que se puede hacer con trabajo y sacrificio. Casi todos criaron familias numerosas de 4 ó 5 hij@s y cuando el sueldo de la mina no era suficiente aún tenían agallas para coger el dalle o la pareja y atender una docena de vacas, que ayudase a un mejor desahogo económico.
Hace unos años, los vecinos de Caviña tuvieron la gran idea de hacer la fiesta del minero en el alto La Florida. Suelen rendir un pequeño homenaje algún minero, así que este año si la vuelven a celebrar, os propongo a todos los que queráis subir allá, pero dando un paseo desde Bielva. Dejaremos los vehículos aparcados y sudaremos un poco como homenaje al esfuerzo y sacrificio de nuestros mineros.
Bueno familia no me enrollo más, que me pica el sueño, hasta la próxima. Un abrazo para tod@s.
Recuerdo aquella legión de mineros de Bielva que sin amanecer ya comenzaban su larga jornada de trabajo: Poldo, Joseín, Loño, Chencho, Pepe, El Cachorro, Chuspi, Cuqui, Juan, El Jaque, El Chato, Naro, Julio, Minundí, Pelayo, Toñito, Antonio y alguno que probablemente se me queda en el tintero. No sólo desde Bielva, sino del resto de pueblos de Herrerías, Rionansa o Valdaliga, salían los esforzados trabajadores, nevase o lloviese, para iniciar su jornada laboral. Caminaban durante más de hora y media para llegar al tajo a tiempo y tras 8 o 10 horas de duro trabajo regresar a casa por el mismo camino.
El camino que por el Pindal, tras cruzar el puente Cargar, atravesar Pilarnero, subía a las praerias de Rabago y desde allí hasta la entrada de la mina en La Cuerre, es hoy sólo un recuerdo. Trozos del camino están perdidos, las bardas se han adueñado de ellos y otros han sido reemplazados por la carretera que desde Bielva cruza hasta Rabago y por la que desde allí sube al Soplao. El puente Cargar sobre el Berrellín ha desaparecido, solo los muros sobre los que se apoyaban los viejos troncos de roble permanecen medio derruidos. Hace unos 20 años fue sustituido por un vado de tubos.
Hoy, lo que los viejos mineros hacían con la mayor naturalidad, para nosotros es toda una aventura. Yo en alguna ocasión he subido dando un paseo con los niños por el monte y les cuento alguna de estas batallitas, para que por lo menos, mantengan el recuerdo del sacrificio de nuestros antepasados, sin el cual muchos de nosotros no estaríamos aquí.
Eran otros tiempos, no tan lejanos, donde padres y abuelos nos demostraron lo que se puede hacer con trabajo y sacrificio. Casi todos criaron familias numerosas de 4 ó 5 hij@s y cuando el sueldo de la mina no era suficiente aún tenían agallas para coger el dalle o la pareja y atender una docena de vacas, que ayudase a un mejor desahogo económico.
Hace unos años, los vecinos de Caviña tuvieron la gran idea de hacer la fiesta del minero en el alto La Florida. Suelen rendir un pequeño homenaje algún minero, así que este año si la vuelven a celebrar, os propongo a todos los que queráis subir allá, pero dando un paseo desde Bielva. Dejaremos los vehículos aparcados y sudaremos un poco como homenaje al esfuerzo y sacrificio de nuestros mineros.
Bueno familia no me enrollo más, que me pica el sueño, hasta la próxima. Un abrazo para tod@s.
uyy Luis de nuevo nos emocionas con tus relatos q leyendo parece q lo estemos viendo, yo el camino q describes solo lo se de oidas, creo q de pequeña una vez subí andando pero no lo recuerdo, solo recuerdo una vez llegar al "chigre" (el bar) y nos descalzaron a mi hermano Teo y a mi y nos metieron los pies en agua caliente pues ibamos casi helados eso no se me olvida pero del camino no me acuerdo, gracias de nuevo Luis y como hija de Naro q tambien fué minero y recorrió muchas veces el camino q describes, por cierto nosotros nos fuimos al Pais Vasco creo en el año 71, porque algo pasó con los mineros y el autobus y de nuevo volvieron a subir andando por ese mismo camino q hacia años no se usaba, yo recuerdo a mi padre llegar desesperado y decia q no podia mas, vino de visita un primo de mi madre q vivia en Placencia y mi padre le dijo buscame un trabajo q me voy y dicho y echo, (ese día q escuché decir eso a mi padre supe lo desesperado q estaba) mi pade jamás hubiese salido de Bielva si no lo hubiera pasado tan mal volviendo a hacer el camino andando a sus años. jajajjaja ves me he emocionado con tu relato y he recordado el motivo por el q salió mi familia a vivir fuera. Besucuuuuuuuuuuuuuuuu grande