Eata
fuente de
agua cristalina que brota por los poros de una
roca de arenisca, que sació la sed de toda la vida de las gentes de Bustablado y Duña, y que aparte de saciar la sed tiene un efecto medicinal. Según un análisis realizado en los años 50 por la farmaceutica Herminia Baraja de
Cabezón de la Sal, está indicada para la curación de las Fiebres Tercianas. Pues bien, este tesoro de fuente está tristemente abandonada, sucia y con unos accesos deplorables.