Hemos estado hoy y hemos reventado una rueda como resultado de acariciar un bordillo. Mientras esperamos al taxi y la grúa, a otro usuario de este magnifico parque le ha pasado lo mismo en otro bordillo. El señor de la grúa nos informa de que es habitual (tiene que serlo, dos casos en menos de media hora lo evidencia) y de que la gente que reclama al parque por daños no reciben ninguna atención. ¿Tan difícil es pasar una amoladora por los bordillos? No se dan cuenta de que te estropean los planes por algo tan tonto. Esto ha sido en el aparcamiento que hay en el restaurante de los osos. ¡Tened cuidado! Y a ver si se ponen las pilas los directivos del parque.