En el corazón de la comarca de Liébana, escondido entre los pliegues del
monte de la Viorna, hallamos este lugar escogido por Toribio de
Palencia y unos pocos monjes
(S VI) para vivir entregados a la oración y la vida comunitaria bajo la guía de un Abad.
Tras la invasión árabe, el Rey Alfonso I pobló y organizó el territorio de Liébana con cristianos de la Meseta, para crear un vacío estratégico como frontera frente a los árabes.
Entre ellos vinieron monjes que se instalaron en numerosos lugares de la comarca, fundando
monasterios como el de
San Martin de
Turieno, que andando el tiempo se convertiría en
Santo Toribio de Liébana.
Corre el siglo IX cuando los cristianos de Astorga, a fin de proteger la reliquia del Lignun Crucis (Leño de la
Cruz) del avance árabe en la península, la traen a
este pequeño
monasterio, reliquia que según la
tradición fue traída de Jerusalén por el primer obispo de Astorga a este monasterio conocido en aquel entonces como
Monasterio de San Martín de Turieno (s V).
Esto convirtió al monasterio en un importante centro de peregrinaciones, lo que hizo que el Papa Julio II en 1512, concediese a este lugar el privilegio del Año Santo
cada vez que el 16 de abril, festividad de Santo Toribio, coincidiera con domingo.