El indiano don Antonio López y López, cuyo ascenso económico y social había sido imparable desde su regreso de
Cuba y el establecimiento de sus negocios en
Barcelona,
culminando con la concesión en 1878 del título de marqués de su villa natal (
Comillas), como reconocimiento de Alfonso XII al apoyo económico y material prestado en la
lucha contra la insurrección cubana.
A partir de este momento la villa de Comillas se personalizó en la figura del marqués levantando un
Monumento a su memoria.
Se realizo en el prado de Ángel Pérez,
amigo de López, que lo había regalado al
pueblo para que acogiera al monumento. También el consistorio recaudo fondos para sufragara
gastos.
El proyecto de Cascante, que respeta Doménech, se erige con un original pedestal en forma de proa de
barco y la
columna sobre la que se levanta la
estatua del marques.
En ella abundan los temas marítimos y destacaban las
estatuas de bronce, con las alegorías de las Antillas y Filipinas (durante la guerra civil se fundieron los bronces
de las indias y
escudos junto con la figura de López o hoy desaparecidas).