Faro del
Caballo, uno de los
faros más turísticos del Cantábrico y un lugar imprescindible para los amantes del senderismo y de los
paisajes.
La
historia del faro se remonta al 1863 cuando empezó a funcionar, se encuentra ubicado al pie de los
acantilados del
Monte Buciero, en la entrada de la
bahía de
Santoña.
Nadie pensaría entonces que en el siglo XXI sería uno de los lugares más visitados de
Cantabria.
El acceso por tierra se tenga que realizar a través de una escalinata de 763 peldaños con la que salvar el desnivel, los colocaron los presos del Cuartel del Presidio de Santoña, abierto entre 1824 y 1924. El
edificio se dividía en dos bloques, el primero de ellos destinado a vivienda del farero (ya demolida) y el otro la
torre del faro.
La vivienda era de planta rectangular en dos alturas, y la
fachada con mampostería revocada, encalada y sillería. La torre del faro es de forma cilíndrica, ubicando la linterna en la parte superior dentro de una estructura prismática acristalada con cubierta semiesférica. Lo remata un estrecho corredor exterior con barandilla metálica. La altura del plano focal es de 24 metros sobre el nivel del
mar y de 13,36 metros sobre el terreno.
Comenzó a funcionar el 31 de agosto de 1863, aunque no se encuentra operativo desde mediados de la década de 1990 debido a reiterados actos vandálicos.