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Ayuntamiento de Vega de Liébana: " La localidad de
Tollo es uno de los nombres con origen toponímico preindo-europeo, que encontramos en la comarca lebaniega. La primera noticia sobre es-te
pueblo la encontramos en un documento fechado en el año 1052, donde se produce el amojonamiento y división de los términos de
Piasca con los de Tollo,
Tudes y Porcieda, con intervención de don Rodrigo, abad de Piasca, y de la abadesa doña Urraca.
En el año 1353, Tollo, pertenece a “Pero Gonçalez Oreion” y, en 1459, hay dos documentos importantes; el primero de ellos, está fechado el día 7 de junio, en la localidad de Tanta, donde se reunieron los procuradores de los concejos de la ledanía de Val de
San Sebastián, Lebeña, Castro, Pendes, Tollo, y Viñón, y reforman las constituciones antiguas de toda la ledanía de Val de Cillorigo. Igualmente, se produce un requerimiento del prior de Piasca al alcalde de Liébana, con los Reales Privilegios del
monasterio, para que hiciera guardar a los vecinos de Tollo, Dudes y Porcieda, su convenio sobre pastos que prendaban en su contravención a los
ganados de Piasca. Será en 1477, cuando se demarcan la
sierra y tierras de Tolloy Tudes.
En las ordenanzas concejiles, fechadas en el año 1591, no se permiten amancebados, ni tampoco ladrones, encubridores, ni personas de malos tratos. Para poder entrar una persona de vecino, se debía de dar fianzas de asistir los diez años conforme a la ley. Se miraba mucho por el cuidado del bosque, los
huertos y las
casas, no pudiéndose cortar ni encina ni enebro, ni brezo, en las dehesas de Tudes, y por haya ni roble, ni para carbón en ellas, debiendo plantar cada vecino anualmente en los términos del concejo, tres
árboles de cerezal,
nogal o manzanal, o cajiga.
Todos los vecinos debían sembrar, prohibiéndose entrar en
huerto ajeno, a coger
hortalizas u otro producto, sin licencia de su dueño. Si un vecino de Tollo pretendía vender su
casa, tierra, prado, viña, etc, primero lo debía de hacer saber a todos sus vecinos sus intenciones; así mismo, si se prendía una casa, todos los vecinos del pueblo debían de contribuir a ayudar, llevando un madero y una tabla, para construir una nueva. vivienda. En relación con los viñedos, ningún vecino podía entrar, ni acarrear, ni vendimiar, sin haber echado el acarreo y la vendimia por el concejo, a repique de
campana.
En el siglo XVIII, Tollo, tenía una población de 19 vecinos y 22 casas habitables. Se producía trigo, centeno, cebada, habas, arvejas, hierba y
nueces. De condición noble eran ocho vecinos y el resto, eran del estado general. La
iglesia parroquial, es un
edificio que según los expertos pudo construir-se en el siglo XVI. Contiene imágenes de los siglos XVI y XVII. Es edificio de una nave con cubierta de madera y
capilla mayor con
bóveda de crucería. En el interior del pueblo, se encuentra la
ermita de San Julián, de una sola nave".