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No había pasado por el barrio y no había visto las entradas de nuestros amigos de Hinojosa a quienes saludo con aprecio.
Un desagradable suceso ha hecho que este Corralillo se reactive después de un tiempo de letargo. Un suceso que nadie esperaba y que nos ha sorprendido negativamente a todos los que aquí escribimos habitualmente.
El Corralillo es hoy un poco menos divertido, se antoja duro hacer despedidas, muy duro y nada edificante. Cierto es que aquí hemos inmortalizado a nuestra manera a ese gran amigo y vecino que era Casildo-JL-Juan... Juan Chaparro como sus amigos de siempre dicen que le llamaban. Nosotros le recordaremos como el gran Casildo, su personaje hilarante, jocoso y dicharachero; tal vez como era él en realidad, como parece ser que realmente era.
Lo propio por mi parte sería dedicarle un poema. Aunque no soy un profesional, está claro que es mi fuerte; pero hoy no, estos días de atrás tampoco. Para eso se necesita un estado de ánimo y una predisposición que ahora mismo no tengo; se necesitan las palabras justas y merecidas que ahora mismo no encuentro; se necesitan esas musas que brotan de nuestro interior y que ahora mismo están dormidas.
Tal vez un día se despierte Calíope y dedique unos versos a su elocuencia. Tal vez acuda Melpómene para plasmar la tragedia que esta perdida supone. Tal vez Talía inspire una comedia más acorde a su excelso sentido del humor.
Tal vez algún día, pero hoy no, hoy prefiero recordarlo aquí en el Corralillo con nuestros buenos compañeros.
Hasta siempre Casildo, Juan López, Juan Chaparro.
Un desagradable suceso ha hecho que este Corralillo se reactive después de un tiempo de letargo. Un suceso que nadie esperaba y que nos ha sorprendido negativamente a todos los que aquí escribimos habitualmente.
El Corralillo es hoy un poco menos divertido, se antoja duro hacer despedidas, muy duro y nada edificante. Cierto es que aquí hemos inmortalizado a nuestra manera a ese gran amigo y vecino que era Casildo-JL-Juan... Juan Chaparro como sus amigos de siempre dicen que le llamaban. Nosotros le recordaremos como el gran Casildo, su personaje hilarante, jocoso y dicharachero; tal vez como era él en realidad, como parece ser que realmente era.
Lo propio por mi parte sería dedicarle un poema. Aunque no soy un profesional, está claro que es mi fuerte; pero hoy no, estos días de atrás tampoco. Para eso se necesita un estado de ánimo y una predisposición que ahora mismo no tengo; se necesitan las palabras justas y merecidas que ahora mismo no encuentro; se necesitan esas musas que brotan de nuestro interior y que ahora mismo están dormidas.
Tal vez un día se despierte Calíope y dedique unos versos a su elocuencia. Tal vez acuda Melpómene para plasmar la tragedia que esta perdida supone. Tal vez Talía inspire una comedia más acorde a su excelso sentido del humor.
Tal vez algún día, pero hoy no, hoy prefiero recordarlo aquí en el Corralillo con nuestros buenos compañeros.
Hasta siempre Casildo, Juan López, Juan Chaparro.