construido entre los siglos XI y XII y reformado sucesivamente en el tiempo. A lo largo de sus 105 metros presenta siete arcadas, construidas de manera angular ya que se aprovechan las
piedras naturales del
río como basamento. En época
medieval en este
puente se hacía el peaje condal, para lo que se erigió en uno de sus extremos el llamado Portal del Pont, protegido por una fortificada
torre. Las crecidas del río provocaron su reconstrucción en el siglo XIV, mientras que durante la Guerra Civil de 1936-39 fue volado en parte. La restauración posterior se debe al arquitecto Danés i
Torres.