Es una sencilla construcción en cuya
fachada principal se abre una
puerta de
arco rebajado y más arriba un pequeño
rosetón.
La primera referencia a esta
capilla es del año 1126, cuando era utilizada como capilla del
cementerio del cercano
monasterio de Sant Pere. Con la desamortización de Mendizábal de 1835 fue cerrada al culto y declarada propiedad pública. Tras la Guerra Civil fue adquirida por la
familia Solà-Morales, propietaria de la
casa vecina conocida popularmente como Casa Llaudes o dels Cornellà.